De Concursos sobradamente preparados

Viene de tiempo atrás que basta ver si una empresa es solvente, sostenible y rentable para saber si ha de pasar por una reestructuración o debe ir directamente a la fase de liquidación.

El noventa por ciento de las sociedades, empresas, negocios no pasan por el examen de la rentabilidad, ni que decir tiene que sean sostenibles, en la mayoría de los casos son agujeros negros que tragan y tragan lo que se les eche. Se tragan recibos y recibos, el de la luz, también, y de producir solo producen problemas, pero por una extraña regla asociada se mantienen en una armonía existencial con sus propietarios. Años hace estudiaba si era la asunción del fracaso, ahora creo entender más que es la asunción de que hacer con todo el tiempo que queda a la hora de no seguir con el ritual diario de ir a una actividad creada, aunque esta sea como ahora se denomina “toxica”.

Al igual que con las relaciones personales, existe una relación “toxica” entre la persona física y la jurídica o la persona y su negocio.

En el momento en el que uno pide y no le dan, o no hay un intercambio que a ambos satisface, hay una quiebra, dar para recibir, como decían en Roma, “do ut des”.

Si el negocio no es rentable, debe de cerrarse.

Si el negocio no es sostenible, debe liquidarse.

Ahora bien, existe otra tipología en que se puede leer entre líneas, no todos los negocios buscan una rentabilidad si no al contrario, se diseñaron para ser “concursos sobradamente preparados”.

Para mejor entendimiento un ejemplo fruto de la lectura de la casuística.

Ahora esta muy de moda, como se dice en la calle, las personas se encuentran con que les han quitado parte de su vida al haber estado confinadas meses. El confinamiento, la restricción horaria, el toque de queda impuesto, ha llevado a las gentes de bien a lo que viene siendo ahora un desenfreno por no quedarse en casa, el lema “yo me quedo en casa” ahora es “yo no me quedo en casa” y la gente sale y sale.

Esto se nota sobre todo en negocios de restauración, que hasta no hace poco eran los que más estaban llamando a la puerta para presentar expedientes de Concurso de Acreedores, dado que no podían hacer frente a pagos pues nadie podía ir a los mismos, anteriormente dicho, aun así, se da el caso que no pueden levantar las deudas consolidadas y que muchos traían de antes.

Es por ello por lo que locales y otros restaurantes han sufrido la compra a precios muy bajos por terceros que conocían que la situación cambiaria, pero que son conocedores de que viven en un mercado dinámico y que entró un agente nuevo de la limpieza, la pandemia que puede actuar en cualquier momento.

La actividad de restauración aprende de las quiebras y se prepara para las próximas, porque en el mercado dinámico tiene que volver.

El que compra o alquila el local ya no va a ser el mismo sujeto de la actividad de restauración, este se pondrá a nombre de otra sociedad,  el que lleva a efectos la misma podrá ser un restaurante italo japo papua y en seis meses de frenética actividad pasará a ser un gastrobar jupiteriano, cosa que anteriormente no se podía hacer dado que la deuda ahí quedaba. Nuevos tiempos, nuevos recursos.

El “concurso sobradamente preparado” conlleva una cualificación de la lista de acreedores, porque se llega a deber a un grupo de acreedores seleccionados y se configuran sociedades controladas.

Suena extraño hasta que se entra en su conocimiento.

En la lectura de varios casos se observa el patrón. Una reiteración de matices.

El acreedor de mi acreedor es mi acreedor, proveedores diferentes con cada cambio y absorbidos por el cambio, modelos de franquicia sin serlo, grupos extranjeros.

Este tipo de formulas no sirven para cualquiera, tiene a primera vista un alto nivel de inversión.

Se debe sumar que la actual dinámica concursal de los juzgados en España es que se admiten y se cierran los concursos basados en el art. 176.bis en un abrir y ojos sin precedentes.

El objetivo es abrir y cerrar, pero continuar la misma explotación con otro nombre, en el mismo sector, pero aprovechando el local y la situación actual.

Continuado con el ejemplo, ¿Cuál es el patrón anteriormente mencionado?

-. Mismo local.

-. Suele permanecer el mismo grupo inversor, casi siempre suele ser extranjero, quien aporta el local y queda como máximo acreedor por las mensualidades impagadas.

-. Mismos o parecidos proveedores, participados por el anterior grupo inversor.

Si hay que hacer una mención especial que han aprendido a no hacer cesiones de personal, dado que pueden entrar en un delito contra los trabajadores, aunque lo anterior no sea también un flagrante delito de estafa y otros muchos, llevanza de doble contabilidad, alzamiento de bienes, salida fraudulenta de bienes, dolo o culpa del estado de insolvencia del deudor, por enumerar.

En conclusión, no es nueva la técnica, pero si llega a un sector que no la tenia implantada de una forma tan evidente.  Es necesaria una técnica para proteger los patrimonios de los inversores, socios y administradores de las sociedades, así como de todo aquel que arriesga en un negocio, pero cumpliendo con la legislación vigente.

El concurso de acreedores es una herramienta legal para la reestructuración de sociedades/negocios que necesiten revisar esa situación de rentabilidad y sostenibilidad y necesitan pasar por una fase de recuperar su solvencia, si bien se ha de insistir que deben ser rentables y sostenibles, de lo contrario deben ser liquidadas de forma ordenada.