La realidad cambia a través del quien la observa, ya sea el acreedor, el deudor y viene motivada como podemos ver simplemente por una lista.
Cada negocio es una idea llevada a cabo en un momento puntal que da un rendimiento pero que si no da más no se puede agotar a su creador, porque no podrá hacer nada por el ni por los demás.
A vueltas con la serie de moratorias que una tras otras se van lanzando para paliar la situación existente en respuesta a la pandemia de covid-19.
La decisión de de prorrogar la moratoria concursal parece un mensaje bueno para una empresa con números rojos, pero con esta solución dichos números pasan a un estado de color bermellón.
Siempre que alguien me dice en una consulta que quiere montar un negocio la pregunta obligatoria es ¿nuevo? o ¿es un traspaso? Si contesta que es un traspaso, por defecto, intento disuadirlo.
El sueño de todos los que buscan un cambio en su vida llega con la liquidación en su trabajo. Un ERTE, un ERE, un despido, liberarse de la monótona vida y tener un chiringuito playero.
Toda previsión queda arruinada cuando llega la realidad, es por ello que ahora estamos viviendo una época en donde toda previsión se hace cuanto más hipotética.
El momento actual esta afectando de diferente forma a negocios que no hace tanto tiempo parecían fuertes y digo fuertes porque la realidad esta demostrando la fragilidad de nuestra forma de mantener negocios y su gestión.
¿Es mal gestor quien consigue una reducción de su deuda? No, es lícito y necesario usar todas medidas legales tengamos a nuestro alcance para llevar adelante la viabilidad de un proyecto empresarial.